ESPECIES INVASORAS: EL GATO CIMARRÓN





                   Felis silvestris catus (Linnaeus, 1758)  Feral cat Felis catus


El gato cimarrón es un carnívoro de mediano tamaño (de 450 a 740 mm) con un peso que puede oscilar entre los 4,5 kg de los machos y los 3.3 kg de las hembras. Tienen cinco dedos en las patas delanteras y 4 en las traseras. Poseen la cabeza y las orejas redondeadas y cortas, además de bigotes bien desarrollados. La dentadura y la lengua poseen características típicas de depredadores. De actividad principalmente crepuscular posee una perfecta visión nocturna.

DISTRIBUCIÓN

Área de distribución nativa: su área natural abarcaba el Norte de África, China, India, Sur de Europa, Gran Bretaña e islas del Mediterráneo.

Área de introducción mundial: el gato cimarrón ha sido introducido en todos los lugares del mundo, incluidas las islas más remotas, ocupando todos los hábitas, incluso aquellos más desfavorables e inhóspitos.

Área de introducción en Canarias: ocupan todas las islas del archipiélago canario incluida La Graciosa. Han ocupado islotes de menor tamaño como Alegranza o Lobos de donde han sido recientemente erradicados.

Hábitat en su área de distribución natural: tanto en ambientes continentales como insulares los gatos ocupan una gran variedad de hábitats, desde bosques primarios a zonas ribereñas adaptándose a los ambientes más inhóspitos como los desiertos e incluso las islas subantárticas.

Requerimientos: a nivel general los requerimientos básicos de este depredador consisten en disponer de lugares adecuados para esconderse y criar, así como zonas adecuadas para la caza y abundancia de presas, sobretodo conejos, los cuales constituyen su principal presa en Canarias.

VÍAS Y CAUSAS DE INTRODUCCIÓN

En Canarias la introducción de los gatos ha sido intencionada como animal de compañía
desde la conquista del archipiélago en el siglo XV. A pesar de la aparición de restos de
gatos en un yacimiento arqueológico en la isla de La Palma, la estratigrafía está alterada
por lo que los datos no son del todo fidedignos.

IMPACTO

Sobre los hábitats: los gatos cimarrones producen una alteración evidente de los procesos ecológicos que mantienen a los hábitats y ecosistemas de Canarias, al llevar a cabo la disrupción de los procesos mutualistas de dispersión de semillas de especies de la flora vascular endémica de Canarias llevadas a cabo por los lagartos del género Gallotia, endémico del archipiélago. Estos lagartos constituyen una parte fundamental de la dieta del gato cimarrón en Canarias, apareciendo una gran cantidad de semillas en sus excrementos, asociadas a los restos de los lagartos. El efecto de los jugos gástricos de este depredador sobre la capacidad de germinación de las semillas es negativo, diluyendo el papel de los lagartos en la dispersión legítima de las mismas.

Sobre especies nativas o introducidas: el principal impacto que tiene el gato cimarrón sobre las especies es el derivado de la depredación sobre las especies amenazadas. Destaca sobremanera el efecto causado sobre las especies de lagartos gigantes de Canarias, como el Lagarto Gigante de El Hierro (Gallotia simonyi), el Lagarto Moteado Canario (Gallotia intermedia), y el Lagarto Gigante de
La Gomera (Gallotia gomerana). También destaca su afección a las colonias de aves marinas en los islotes del norte de Fuerteventura y Lanzarote, o más recientemente su efecto sobre poblaciones amenazadas de la Terrera Marismeña (Calandrella rufescens) en Tenerife, el Pinzón Azul de Gran Canaria (Fringilla teydea polatzeki) o la Tarabilla Canaria (Saxicola dacotiae) en Fuerteventura. Otra especie de ave amenazada cuya depredación por parte de los gatos cimarrones ha sido detectada es la Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) en La Palma.






IMPACTOS SANITARIOS, ECONÓMICOS Y SOCIALES

El gato puede transmitir enfermedades al hombre como pueden ser la rabia, la toxoplasmosis, la equinococosis y las infecciones cutáneas por hongos. Probablemente las más comunes sean la toxoplasmosis y las infecciones cutáneas por hongos como consecuencia del contacto directo con los animales o sus excrementos. Las otras enfermedades son más raras en gatos.

Los impactos económicos que los gatos cimarrones pueden causar vienen derivados principalmente de los costes que suponen su control y/o erradicación, así como las labores de conservación que se han de dirigir hacia las especies amenazadas para corregir los impactos que estos depredadores puedan estar causando a sus poblaciones. Un ejemplo de ello es el caso de los lagartos gigantes de Canarias, las colonias de aves marinas o las poblaciones de terrera marismeña.

En cuanto a los impactos sociales, la mayor problemática surge de las campañas de control de gatos asilvestrados que se puedan llevar a cabo debido, sobre todo, a la oposición de las asociaciones para la defensa de los derechos de los animales que, en muchos casos, no tienen conocimiento de por qué se realizan las mismas. Sin embargo, esta situación se puede solventar sin mayores problemas poniendo en marcha campañas divulgativas y educativas eficientes.